Desde que vine de Cuba
todo me parece ingrato,
aquí solo hay cuatro gatos
que sepan vivir la vida,
lo demás mucha palabra
y mucha pena escondida
Desde que vine de Cuba
me parece a mí mentira
que aquí con tanta abundancia
la gente nunca se anima
a ver que el mejor tesoro
es la alegría del alma.
He de volver a La Habana
a bailar el guaguancó.
Me tengo que ir para el sur
para ver mujeres bellas,
que si no hablas de amor
es que no eres de su tierra.
Y a Usté la llevo en el alma
igualito que a una hermana,
como la espuma del mar
que alegra la soledad
del caminante del mundo
que cuando se para canta.